Unción de los enfermos: el sacramento que antecede a la eternidad
De todos los sacramentos de la religión católica, la unción de los enfermos cumple un rol importante preparando el espíritu para vivir la eternidad.
Anteriormente se le conoció como la extremaunción o el último sacramento, y sólo puede aplicarse por la figura de un obispo o un sacerdote.
¿Cuándo y cómo se realiza la unción de los enfermos?
Generalmente la unción de los enfermos se aplica a personas cuyo estado de salud es realmente grave, o cuando están a punto de morir.
Asimismo, este sacramento también se puede realizar al llegar a una edad muy avanzada, ya que con él se trata de otorgar la gracia divina, en un momento de transición hacia la Casa de Dios.
Dicho acto consiste en expresar oraciones litúrgicas al tiempo que se ungen tanto las manos, como la frente de la persona con aceite.
Es importante recordar que el enfermo ha de estar bautizado y, por supuesto, es un sacramento que se hace mientras el individúo esté vivo.
Por otra parte, se trata de un proceso de reconciliación con el Creador y con la iglesia misma, lo cual implica un acto de corazón.
Otros aspectos a considerar durante la extremaunción
Para que el alma se pueda liberar de todo pecado antes de conocer la vida eterna, también es imprescindible que se confiese ante Dios.
En este sentido, el padre o el obispo suele aplicar el sacramento de la penitencia como un acto previo a la extremaunción. Finalmente, es necesario aclarar que se puede obtener el último sacramento, aunque el enfermo no esté en perfecto uso de sus facultades y, en caso de sanar, podría volver a recibirla más adelante.